Las recesiones de la encía son afectaciones muy frecuentes en la población, indican una pérdida de tejido gingival y óseo en el diente afectado, pero en la mayoría de los casos no hay peligro de que se vaya a perder la pieza. En muchos casos habrá que tratar la recesión, porque llega un momento en que si el diente tiene muy poca encía el paciente tendrá repetidos episodios de inflamación y molestias en la zona, pues el diente necesita una buena cantidad y calidad de encía para afrontar el día a día.
¿Qué factores participan en la formación y el avance de una recesión gingival?
- Una técnica de cepillado incorrecta o el uso de un cepillo inadecuado.
- Trauma oclusal. Es decir, que los dientes afectados reciban fuerzas en una dirección que no es favorable o más fuertes de lo que pueden soportar.
- Malposición de los dientes. Un diente desalineado o inclinado esmás propenso a tener ua recesión gingival.
- Movimientos de ortodoncia. Hay movimiento que se hacen durante el tratamiento de ortodoncia que pueden favorecer la aparición de recesiones.
- Frenillo labial. Hay veces que el frenillo llega hasta la encía y con los movimientos del labio va tirando de ella favoreciendo el avance de la recesión.
- Trauma mecánico. La presencia de piercings, tocar con la uña, con lápices, sobremordida muy aumentada…
- Periodontitis. Una inflamación no controlada, puede favorecer el avance de la recesión.
- Odontología defectuosa. Coronas u obturaciones mal adaptadas pueden producir recesión gingival.
