En este artículo quisiera incidir en las tres formas en que pueden manifestarse las patologías bucodentales:
PATOLOGÍAS BUCODENTALES QUE NI SE VEN, NI SE SIENTEN
Al igual que en el resto del cuerpo la mayor parte de las patologías bucodentales aparecen y evolucionan de una manera asintomática y silenciosa.
Todo esto nos lleva a adoptar una actitud relajada, de manera que es muy corriente, en pacientes que acuden a mi consulta por urgencias, la gran demora en el tiempo desde su última visita al dentista. Manifiestan no haber venido porque no les molestaba ni dolía nada. A todos nos pasa que, metidos en el quehacer diario y con una innumerable lista de prioridades, vamos posponiendo la atención de nuestra salud, sobre todo si es la bucal y no hay una necesidad inmediata.
De este modo desembocamos en patologías muy evolucionadas que o bien requieren la extracción de piezas o, si es posible ser conservador, la realización de tratamientos muy complicados.
Hay dos aspectos a tener en cuenta en lo que a la boca se refiere: el primero, es la alta incidencia de patología en nuestra especialidad: de una caries como de un resfriado común, no hay quien escape… El segundo aspecto: esta incidencia de la caries hay que multiplicarla por 32, que son el número de piezas dentales con las que contamos, así que las posibilidades se multiplican exponencialmente.
PATOLOGÍAS BUCODENTALES QUE SE VEN Y SE SIENTEN
Estas son nuestras típicas urgencias. Se ve: una caries cuando es grande, un diente desecho, el sangrado y la inflamación de las encías, la aparición de un flemón y se siente el dolor dental, a veces de una manera insoportable sin encontrar fármaco capaz de calmarlo.
A estos malos tragos, yo añadiría otro agravante: cuando toda esta cascada de signos y síntomas aparecen, en ocasiones es por aparición de patologías que requieren tratamientos extractivos y por tanto pérdida de piezas dentales.
PATOLOGÍAS BUCODENTALES QUE SE VEN, PERO NO SE SIENTEN
Muchas pueden presentar este peligroso aspecto. Las patologías pre o cancerosas en la mayoría de las ocasiones se manifiestan de esta manera. Es por eso que aconsejo, al menos, la observación periódica y personal de la boca si no acudimos al dentista.
Por otro lado, es posible que una caries pueda no doler o dejar de doler sin que eso signifique la ausencia de enfermedad o la curación de una patología.
Y así es como pacientes, mayores o menos mayores, acuden a la clínica en la extrema necesidad de tratarse, porque la patología ha invadido su boca impidiéndole incluso masticar debidamente.
Es verdad que en mis artículos incido mucho en este tema, con ello pretendo vencer a mi lector con la verdad y así evitar que sea vencido por el error.
Dra. Manuela Campoy
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada
Especializada en Estomatología por la Universidad de Murcia